Esta semana, otra autora de la agencia, Elena Montagud (que en Noviembre os sorprenderá con el primer volumen de su trilogía Tiéntame a cargo de Tombooktu Ediciones) os ofrece un relato erótico de descarga gratuita a través de su blog oficial.
Se trata de Trazos de placer, un relato largo que hará las delicias de sus seguidoras. Os dejamos con un pequeño fragmento extraído del blog de Elena:
«—Así que él es el caballo ganador —me espeta con tono irónico, cruzándose de brazos.
—Vete a la mierda, Héctor.
—No me hables así, Melissa Polanco.
—¿Por qué? Ah, sí, porque eres mi jefe. Pero resulta que es domingo y no estamos en la oficina. Deja de utilizar tu superioridad para…
—Te equivocas. No quiero que me hables así porque soy una persona, como tú. Y me molesta. ¿Lo entiendes?
Sus palabras me dejan patidifusa. Parpadeo, confundida. ¿Desde cuándo Héctor tiene sentimientos? Siempre lo he visto como el jefazo cabrón, engreído, autoritario… Pensé que las palabras de sus empleados le entraban por un oído y le salían por el otro.
—¿Qué quieres? —finjo que estoy enfadada. En realidad, lo que siento son un montón de nervios correteando por mi estómago, con sus molestas patitas.
—Solo que me respondas: ¿es él el hombre del que estás enamorada?
—¿Pero a ti qué cojones te importa?
—¿Cómo eres tan malhablada? —Mi actitud parece molestarlo.
—Porque tú me sacas de mis casillas —lo apunto con el dedo índice.
—Y tú me estás volviendo loco, Melissa.
Me coge de la muñeca y me acerca a él. Su pecho sube y baja de manera agitada. Apoyo mi mano en él, sintiendo que mi respiración también se acelera. Me revuelvo un par de segundos antes de quedarme muy quieta, observándome reflejada en sus ojos.
—¿Qué estás haciendo, Melissa?
—¿Qué quieres decir?
—No te puedo sacar de la cabeza —Su voz es grave.
Tengo los labios secos. Él apoya un dedo en ellos y yo los entreabro sin poder evitarlo. Su corazón se acelera en ese mismo instante. Estoy empezando a sudar ante el deseo que se está apoderando de cada uno de los poros de mi piel.
—Es solo sexo, Héctor. No nos engañemos.
—Cállate.
Ladeo el rostro en cuanto intenta besarme. Me besa la mejilla con delicadeza, al tiempo que con la otra mano acaricia mi cintura. Mi sexo está despertando: las olas de cosquillas me inundan. A punto estoy de rodearle el cuello con mis manos y dejarme llevar pero, por suerte, me doy cuenta de lo que estoy haciendo. Lo aparto de un empujón. Él intenta atraparme una vez más, pero alzo una mano dejándole bien clarito que se esté quieto.»
Seguro que os habéis quedado con ganas de más, ¿verdad? Pues pinchad en el enlace y podréis descargarlo gratis:
